Leanne Macomber es una persona que no tiene ningún problema
para exhibir su cuerpo por completo. La naturaleza de su desnudez es algo que
ha venido representando globalmente lo entrañable que resulta escuchar alguno
de los discos que ha hecho con sus proyectos alternos, ya que de forma inicial
puede que recuerden su rostro un poco mejor por formar parte del montaje en
vivo de Neon
Indian. Sin embargo el potencial de Macomber va más allá, ya que sus
habilidades artisticas no nada más están abarcando un sector en el que puede
desnudarse por completo para proyectan la inhibición en la que van viviendo
cada uno de sus proyectos, sino que también ha demostrado que puede explotar su
tono vocal para crear canciones sumamente hermosas con tan sólo un par de
elementos que con el paso del tiempo, van cobrando una forma inexplicable
dentro de su propia sencillez. El año pasado esta chica lanzó un envolvente
álbum que era capaz de robar el aliento con su exquisito ensamble Fight Bite,
en donde aparecía una mujer desnuda en el arte del disco que, en lugar de
reflejar un tono sensual en su propio universo, dejaba en evidencia los
misterios que estarían acompañando ese recorrido de dream pop que segundo a
segundo iba cubriendo con un manto rojo el cuerpo de Macomber. El disco es
impresionante, era una mezcla entre el ambient más exquisito de Cocteau Twins,
y las secuencias electrónicas de los himnos pop de los años 80 como "Total
Eclipse Of The Heart", así como también lo han venido haciendo algunos
otros actos como Boy Friend. Ahora, es tiempo de hablar un poco más sobre el
synth pop que ha creado bajo el alías de Ejecta en colaboración con Joel Ford,
una de las mentes que junto con Daniel Lopatin le dieron vida al offshoot de
Mexican Summer llamado Software. Tomando en cuenta los lugares de donde
provienen las dos partes de Ejecta,
resulta muy atractiva la manera en la que han logrado pintar este recorrido de
synths que sin ningún problema pudieron haber hecho de las suyas a mediados de
los 80, ya que de entrada Joel Ford se ha venido caracterizando por indagar en
el circuito experimental de la música electrónica en Ford & Lopatin, sin
mencionar las aventuras que ha emprendido por su propia cuenta bajo pseudónimos
que constantemente han ido cambiando, al igual que las tonalidades que ha ido
reciclando para la creación de sus propias armonías. Con Ejecta, Joel
Ford se ha encargado de suavizar un poco más su corazón para crear un oasis de
melodías bastante adorables como "It's Only Love", aunque la parte
que viene a darle un mayor plus a la delicadeza del disco es la voz de
Macomber. Las canciones de "Dominae" tienen una extraña profundidad
que por primera vez no esconde ningún sentimiento oscuro, y en lugar de eso la
luz que va emanando del fondo del retrato de la portada hace que exista un
singular brillo que respalde la rítmica de "Beast" y las múltiples
caras instrumentales de "Inside", ya que en este track de algún modo
se las ingeniaron para incluir en la parte trasera unos arreglos acústicos que
definitivamente hacen la diferencia. El disco tiene momentos llenos de gloria,
aunque debo reconocer que en algunas canciones me daba la sensación de que
estaba escuchando un nuevo disco de Chairlift, y no es para menos, los tonos
vocales tienen una enorme similitud con el característico estilo de Caroline
Polachek, aunque tampoco podemos hablar directamente de un simple clon de
Chairlift. "Afraid The Dark" es una de esas composiciones que sólo
basta con alterar un segundo de su estructura para que se convierta en un épico
recorrido de synth-pop, mientras que "Jeremiah" tiene todo el perfil
de un hit noventero de la pista de baile que sin problemas pudo aparecer en un
compilado que tuviera a Stardust. Ahora bien, hay un giro interesante en los
últimos respiros del álbum con "Eleanor Lye", ya que su equipo de
drum machines y los espacios sonoros que existen en la melodía los estarán
transportando a los pasajes envolventes del delicioso dream pop que Macomber
hizo con Fight Bite, y por ende les puedo afirmar que este es uno de los
momentos más hermosos del disco, sin quitarle mérito al siniestro romanticismo
de "Small Town Girl", y al juguetón falceto de "Tempest".
Puede que al inicio un experimento entre estas dos mentes resulte un tanto
extraño por los diferentes mundos a los que pertenecen, pero al final del día
ha funcionado a la perfección. "Dominae" es un debut que, aunque no
demuestra absolutamente nada, y tampoco deja abierta una venta en la que Ejecta
pueda escapar para convertirse en un tremendo fenómeno, si es una producción
que los dejará con un muy buen sabor de boca si quieren darse una buena dosis
de synth-pop en las venas, aunque también es un muy buen pretexto para
descubrir la hermosa pasión que tiene el pensamiento artístico de Leanne
Macomber.
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