Quítate la ropa, apaga la luz, enciende una vela, un incienso. Centra tu mente y espíritu en un solo lugar. Entra en contacto con tu alma, tu cuerpo y tu sangre. Están a punto de entrar a una dimensión de la que no querrán escapar. El romance, la sensualidad, lo grotesco, sus demonios, sus ángeles, todo el conjunto que nutre la vida y la muerte se estará manifestando en la siguiente hora y media. No salgan a pedir dulces, no salgan a pretender que asustan en las calles, no salgan a tratar de ser felices en una fiesta en la que lo último que pasará por su mente es el mostrar una sonrisa. Abran su mente, expongan sus temores, no se encierren en sus ideales de rechazar todo lo que les es desconocido por el miedo de experimentar algo nuevo. Dejen que la oscuridad de la noche se apodere de su alma durante un momento. ¿Quién sabe? Tal vez les pueda gustar y no quieran terminar con esa experiencia que estará comenzando desde el primer segundo en el que se dirijan al botón de play. No es c...