Dentro de la fragilidad emocional de sus canciones, Marissa Nadler siempre ha tenido un lado siniestro que en años recientes la ha llevado a trabajar con entes como Stephen O'Malley, por lo que no me sorprende tanto que en su nuevo lanzamiento haya unido fuerzas con Stephen Brodsky para darle vida al que, probablemente, es el disco más volcánico, rasposo y embrujante de su catálogo hasta el momento.
"Droneflower" ya se puede conseguir a través de Sacred Bones Records.